colgando de mi nariz
Una borrosa imagen de un bosque artificial ,
y un cesped de hormigón
Pepe era una de esos personajes olvidados que lucha cada día contra sus demonios,
los suyos y los de sus cientos de cómplices.
Sus doble cientos de ojos acostumbrados a los hombres y mujeres que forman parte del atrezzo de la ciudad.
Estatuas móviles, sucias, borrachas y poco deseables, que son objeto de comentarios y alguna vejación
Atrapado un día más en esa jaula de edificios
Que te arrebata la libertad y a causa de sus rendijas tampoco te protege demasiado.
(Ese equilibrio inexistente entre seguridad y comodidad)
Libertad de movimiento para errar de un banco al suelo de la entrada de un súper y viceversa, vagar.
El vagamundos , especie invasora de nuestras calles atraviesa un día más con más dificultad que si estuviera en el habitad natural de los seres vivos.
Campos de naranjas ácidas
Palomas virulentas
Cuevas del BBVA y Bankia
La cordialidad del segurata con placa y corazón de plomo
La ayudita del euro pa'cerveza que nutre tu alcoholismo
Bebo pa olvidar, pa anestesiar que no tengo salida.
Que por muchas carreteras que me saque de este lugar, mi vehículo está dañado, contaminado y con un cepo de esta ciudad.
Esa ciudad que me me necesita como demostración inherente de la pobreza y como pieza visible de esta y que me mata cada día con su indiferencia.